¿CÓMO VISITAR SAN FRANCISCO EN TRES DÍAS?
Conocida por su hermosa bahía, su Golden Gate o la prisión más famosa del mundo, San Francisco va mucho más lejos, dejando estos tres puntos imprescindibles, como algo más de un itinerario por recorrer.
Cientos de canciones dedicadas a una ciudad única, no sólo en Norteamérica sino en el mundo entero. Hablamos de la desenfrenada San Francisco. Una mentora de libertades, que muchas han intentado copiar varios años después, sin conseguir ese efecto mágico, que guarda entre sus inclinadas calles y enormes puentes.
Urbanita o no, estás destinado a que la ciudad te atrape. Si no lo hace por su zona turística, lo hará por su personalidad única. Para los que dudáis si una visita breve por la ciudad es necesaria, organizad bien los preparativos, porque se necesitan varios días, para saciar una sed implacable, que va surgiendo a medida que avanzamos por sus sorprendentes rincones.
La visita debe dosificarse. Las zonas marcadas están diferenciadas en los mapas turísticos no creando jamás confusión. Perderse algo en San Francisco por desinformación es difícil y si disponéis de tres días, quedaréis satisfechos y con la sensación de que no se os ha escapado lo primordial.
Agarraos bien, porque viene uno de los puntos más interesantes de un viaje por la Costa Oeste. Una urbe tan disparatada y surrealista que nos acabaremos preguntando en algunos tramos, si andamos metidos a finales de los años 60, donde el movimiento hippie estalló por completo, para desinhibir a todos sus habitantes, de una América conservadora, que vio como la fuerza de esta ciudad rompió con todos con cánones de una época, que exigía grandes cambios no sólo para el país, sino para el resto del planeta.
Sólo resta decir: Welcome to San Francisco.
LA CIUDAD
Con unos 800.000 habitantes, situada al norte de una agraciada bahía que recibe el mismo nombre, esta ciudad tiene una historia joven pero no exenta de interés para los más eruditos en la materia. Azotada por la falla de San Andrés, la gente vive preocupada, mirando de soslayo que la tierra no tiemble de nuevo, ocasionando un nuevo desastre de magnitudes colosales. Mientras esto no ocurra, el epicentro que debemos explorar, se haya entre sus empinadas avenidas y su hermoso puerto pesquero.
Históricamente conocida por la fiebre del oro, Méjico se independizó del colonialismo español en 1821. Estados Unidos, interesados en su privilegiada situación, inauguró una guerra que acabó ganando mediante tratados. Su inhóspita topografía y un clima impredecible, anclaron a la ciudad, hasta que el oro surgió de las entrañas de la tierra. Aquí fue cuando la gran metrópolis, que hoy conocemos empezó a crecer y a admitir todo tipo de inmigrantes, creando una sociedad multicultural, que aún percibimos en sus barrios.
¿QUÉ VISITAR EN TRES DÍAS?
Por supuesto que podemos dedicarle más días, si nuestro único interés reside en conocer la ciudad, pero en un viaje por carretera, debemos apresurarnos, para ver otros enclaves.
JORNADA 1
Mi primera jornada, empezó en la Market St con Powel St. En la estación de tren, tenéis una oficina de turismo, donde conseguir buenos mapas y mejores consejos con los siempre atentos funcionarios de turismo. Debéis ser concisos y no querer abarcar más de la cuenta. Las distancias son grandes aunque no exageradas. El transporte público va muy bien para los que no dispongan de días, pero caminarla le dará otra dimensión mucho mejor.
En la intersección de ambas calles, podéis coger en Tranvía turístico, tan famoso en las postales de la ciudad. La cola es enorme y el precio de $7,50, está justificado. Mi consejo es que andéis varias calles arriba, para cogerlo en otra parada, donde la cola desaparece.
Chinatown, debería ser oficialmente vuestro arranque en la ciudad. Extorsionados por la gran mayoría de los gobiernos para reubicarlos y echarlos de la ciudad, esta comunidad ha aguantado el tipo, dándole además a San Francisco un excelente extra, para nuestra visita. El barrio chino, es de los más grandes del país, y recomiendo que vayáis a primera hora, donde los mercados bullen de vida, saliéndose eso sí, de la calle turística que empieza en la Chinatown Gate. Además, para los más apurados económicamente, es un excelente lugar para comer y cenar a muy buen precio.
Financial Street, pegado a Chinatown, es una zona muy interesante, donde podéis encontrar el polémico edificio Transamérica Pyramid. Rechazado en su inauguración en 1972, por su discordia con el resto del mobiliario urbano, se ha acabado convirtiendo en todo un icono de la ciudad.
Little Italy, de camino entre Financial y Chinatown, encontramos este trocito de Italia, donde los restaurantes de comida mediterránea y los parkings baratos abundan. No es un imprescindible, pero seguro que se nos cruza en nuestro camino alguna vez.
Nob Hill. Barrio acomodado, donde la gente de clase alta tiene sus viviendas. Situado al oeste de Chinatown, podría ser una buena idea visitarlo antes de pasar al Financial Street, aunque yo lo hice en otra jornada.
Coll Tower. Subiendo empinadas callejuelas y pasando por escaleras de madera entre montañas urbanitas, llegaremos a esta fantástica torre donde poder divisar desde lo alto a toda la ciudad. La entrada es de $5, y el horario incomprensiblemente corto, cerrando a las 17.30, ocultando los atardeceres de la ciudad, para los visitantes.
Crooked Street/Lombard. A un largo paseo desde la Torre, llegaremos a este clásico de San Francisco. La cantidad de turistas que encontraremos, es aberrante. La calle no deja de ser curiosa. Unas eses bien marcadas y empinadas, cobijadas por unos jardines, son todo un reclamo para los fotógrafos. La gracia, según vi, es bajarla en coche. Esto provoca importantes colapsos, donde siempre encontraremos a este trocito de asfalto, bañado de coches echando el freno.
Para finalizar nuestra última jornada, y llegados a este punto, es buena idea dirigirse a los famosos muelles, llamados Fisherman´s Wharf. El más famoso de todos, el Pier 39, es todo un espectáculo. Tiendas, tiovivo, restaurantes y un sinfín de vida tanto diurna como nocturna, hacen de este turístico lugar, un importante punto y aparte que nada tiene que ver con la ciudad. De todos modos, es divertidísimo y no debemos perdérnoslo por nada del mundo. A pesar de que el 39 es el más famoso, recomiendo acabar nuestro día, recorriendo desde el 47 al 1. Es un trayecto a pie de una hora como mínimo pero tendremos una perspectiva mucho más amplia de la bahía y de su impresionante Puente de Oakland.
JORNADA 2
Como veréis una jornada no es suficiente. Puede que ayer disfrutáramos de la parte noreste de la ciudad, pero la visita de hoy, se diferencia en que mientras, en nuestra primera jornada, visitábamos lo más turístico, aquí vamos a profundizar en los barrios más conocidos culturalmente. Desde el famoso Castro, barrio gay por excelencia, a Ashbury, donde parece ser que los hippies encontraron un lugar perfecto hace casi ya 50 años, y su legado parece no tener fin. En este segundo día, he de decir, que me moví en coche, una vez aprendido cómo iba el funcionamiento de aparcamiento. Conducir en San Francisco y aparcar sin pagar, no sólo es posible, sino que incluso resulta fácil. ¿Nos ponemos en marcha?
Empezar por el City Hall, donde el edificio del ayuntamiento nos abre las puertas, es toda una buena manera de arrancar con el duro día que nos espera por delante. De exquisita construcción, con una enorme cúpula, no pasará desapercibido una vez lo divisemos. Las bodas, se suceden a granel. Mientras recorremos su interior, disfrutaremos de un interesante museo, mientras parejas de todas las culturas se dan el sí quiero.
Castro. Si en los 60, la revolución hippie encontró un bastión para instaurar unas directrices a seguir, en los setenta, San Francisco inauguró el barrio de Castro. Fácilmente localizable mediante tranvía, metro y en coche, la Market Street, cruzará con la 19. Una enorme bandera multicolor, os pondrá en el punto de entrada de este fantástico barrio que siempre ha representado a la comunidad homosexual de California y fue uno de los primeros lugares del mundo, donde el movimiento del orgullo gay, no sólo empezó a tomar forma, sino que se consolidó como todo un ejemplo a seguir en el resto del planeta en cuestiones tan esenciales en la actualidad como la tolerancia y el respeto. Recomiendo su visita tanto de día como de noche. No exploréis sólo las calles principales, daros una buena vuelta, para admirar las preciosas casas estilo europeo que hay en el barrio.
Twin Peaks. Esta famosa colina, nos pondrá a prueba si intentamos subirla en bicicleta o a pie. Recomiendo hacerla en vehículo. Si no disponéis de transporte propio, guardad fuerzas porque está lejos, aunque las vistas son merecedoras de cualquier esfuerzo. También hay que decir, que la mejor hora para ir, es o a primera hora de la mañana, o por la tarde, donde las nubes desaparecen y su mirador, nos muestra toda la ciudad.
Haight Ashbury. Sin duda uno de los barrios que más me gustó. Es todo un clásico y si quitamos las tiendas de regalos para turistas, quedan bares auténticamente hippies, tiendas donde comprar o fumar marihuana y una legión de hippies abarcando varias generaciones. No sólo el encanto reside en visitar el “barrio hippie”, sino que las casas de los alrededores, están llenas de encanto. Pasear por allí por la tarde es una buena idea, pero si queremos alargar nuestra visita al famoso Golden Gate Park, no debemos dejar que la noche nos atrape.
Painted Ladies en Alamo Square, es un claro ejemplo de lo loca que anda la ciudad en su caprichosa construcción. Casas con encanto, y una bonita plaza es más que suficiente para intentar ir. Creía que sería espectacular, después de tanto bombo en las guías de viajes.
Palace of Fine Theatre. Yendo al Golden Gate, nos daremos con este más que interesante parque, situado en el bonito distrito de Marina. Inaugurado en 1915 como una exposición de arte mundial, fue remodelado en 1965 para aguantar los empujones sísmicos que padece la zona. Los paseos son agradables y aunque la ciudad no estrese mucho, la calma se encuentra entre los enormes pilares de tan fabulosa construcción.
Golden Gate playa . Aunque resulte imposible visitarlo en esta jornada, ya que estamos en el distrito de Marina, coger el coche e ir a la playa donde ver el Golden Gate, es un reclamo que no muchos viajeros hacen. La tranquilidad de la playa con el puente colgante de fondo, requiere de unos buenos minutos para asimilar, que sí, que estamos delante del puente más famoso del mundo.
JORNADA 3
Visto lo más conocido, me puse esta jornada, para dedicarla a hacer el famoso Golden Gate. Como el clima es tan variante, no pude hacerlo por la mañana, teniendo que tirar por lo que me quedó pendiente en las anteriores jornadas. En este día y debido a las malas combinaciones que hay para visitar el puente, decidí tirar del coche y dejarlo aparcado en el barrio de Little Italy por $15 dólares, las 12 horas. Tened claro que pagaréis lo mismo en una hora que en doce. Si no sabéis cómo funcionan los parquímetros públicos, más abajo os lo explicaré para que podáis disfrutar de la ciudad sin que el vehículo os moleste.
Mercados matutinos. ¿Qué mejor manera de empezar el día, dándose un paseo por los mercados de Chinatown? Comida barata y un buen desayuno en locales de dudosa reputación, pero que las colas hacen hincapié, que allí, se come bien y barato.
Tranvía Cable Car. Si os dije en la primera jornada que lo cogierais, yo lo hice la tercera. Me dio una vuelta y más que como un imprescindible, es como una obligación.
Golden Gate. Todo lo que pueda decir de esta maravillosa obra de la ingeniería sería poco. Puede que puentes que lo triplican en tamaño sean más transitados, más ostentosos e incluso, con los últimos años, con los Chinos a la vanguardia de lo imposible, el Golden Gate, pierda fuerza. Pero la historia que hay detrás de él, lo hace único y está considerado como el puente colgante más bello del planeta. Para saber cómo ir, cómo visitarlo y qué ver, accede a este artículo.
Sausalito. Apartado pueblo enfrente de la ciudad madre. Bonito y a otro ritmo, suele ser parte del famoso circuito que hacen los ciclistas que cruzan el puente. El trayecto exige de tiempo y la recompensa final, es un lugar idílico donde la gente más adinerada, vive en enormes casas. Personalmente me encantó.
Bonita Cove. Lejos, pasado el Golden Gate, llegaremos a un mirador en la montaña. La carretera parece acabarse, pero un estrecho trozo de asfalto de un sentido, te lleva a un precioso parque nacional, donde explorar calas inéditas y fuera de todas las guías de viaje. Un descubrimiento fascinante y casual que me hizo despedirme de San Francisco de la mejor manera posible.
Otros puntos que no deberías perderte
Alcatraz. ¿Quién no conoce esta prisión que fue clausurada hace varias décadas? Llamada “La Roca, este centro penitenciario ha sido convertido en una importante atracción turística. Centenares de presos e intentos de fuga, inspiraron a la industria cinematográfica a filmar decenas de películas, posicionándola como la prisión más conocida del planeta.
Visitarla es fácil pero las entradas están distribuidas por agencias que operan on-line. Su compra, nos obliga a planificar bien los días y a obtener los tickets con unos tres meses de antelación. El precio oscila los $44,70 e incluye el ferry de ida y vuelta y una audio-guía para que vayamos escuchando las interesantes historias que acaecieron entre sus muros, que hospedaron a famosos criminales como Al Capone o Robert Franklin.
Todo un clásico que no debe faltar en vuestro viaje aunque si no podéis realizarlo, no os lamentéis, quizás tanto turismo y tanta explotación, ha hecho que el lugar pierda todo el misterio.
Pedalear desde Marina Distric, hasta Golden Gate. Pese a los abusivos precios de alquilar una bicicleta, San Francisco como tal, es ilógico hacerlo en este medio. Pero la zona del paseo marítimo, es perfecta para ir a nuestro aire. Cruzar el famoso puente y llegar si tenemos fuerzas a Sausalito, es todo un clásico que año tras año, gana más adeptos. El precio oscila entre los $28 y $35.
Ferry. Ni siquiera deberíamos coger un barco turístico para cruzar la bahía. En los muelles hay docenas de ferris que salen cada cierto tiempo. Si se quiere visitar Oakland, es una muy buena idea hacerlo de ida por mar y de vuelta por BART (tren).
Oakland. Olvidada y consumida por su hermana, esta gran ciudad situada a 10 kilómetros de San Fransico, posee unas tasas de criminalidad bastante altas. No por ello debe cuestionarse el ir, ya que si nos ponemos en plan estadístico, ni pisaríamos Los Ángeles.
Hogar de la juventud que no se puede permitir los altos alquileres de San Francisco, han ido creando un universo de cafeterías y agradable ambiente donde pasear, se transforma en todo un lujo. Su barrio antiguo y victoriano dan la belleza que todo viajero anda buscando en una ciudad que casi pasa de puntillas.
Pero también hablamos de su famoso museo de historia y arte, de su Barrio Temesal, donde la mejor gastronomía, mezcla con gusto a los vanguardistas hípsters con la moda más atrevida, de su Lago Merrit, una gran superficie de agua artificial, sin poder olvidarnos de sus galerías de arte.
Oakland no se despierta ahora, sino que lleva décadas, mostrando que necesita ser conocida por su propia personalidad, sin enturbiarse, montando enormes complejos turísticos, donde todo lo normal y veraz, acaba rompiéndose.
MOVERSE EN SAN FRANCISCO
La amplia red de transportes públicos, cubre todas las zonas turísticas. Si lo que buscamos es ir a otras ciudades y no disponemos de vehículo propio, San Francisco es un punto importante de transportes interestatales.
Si vamos a estar varios días, sería interesante coger un bono llamado Muni Pass.
Días 1 – $14
Días 3 – $22
Días 7 – 2$8
No sirve para coger el sistema ferroviario Bart. Con lo que no podéis ir al aeropuerto.
Adquirirla es fácil. En el Centro de Visitantes situado entre Powel St. y Market St.
Cable Car: Símbolo inequívoco de la ciudad, es esta especie de tranvía icónico. Caro aunque indispensable para conocer algunos secretos.
Autobuses: Si no nos liamos con las líneas y los transbordos, es un medio excelente para desplazarse
Tranvía: Más auténtico que el turístico Cable car, es mucho más sencillo de utilizar que el autobús. Aunque carezcan de la belleza del anterior, personalmente los vi mucho más encantadores.
Tren: Llamado BART. Poco utilizado por los visitantes, puede ser un buena alternativa para ir al aeropuerto o a Oakland. Tiene varias paradas en pleno centro, y a nosotros que estábamos hospedados en Oakland, nos vino de perlas.
Taxi: Utilizados en los casos más extremos. Caros y carentes de toda lógica por una ciudad que está bien conectada, serán bien recibidos para ir al aeropuerto temprano, cuando los horarios del resto quedan fuera de servicio.
Consejos: Si decidís no sacaros el bono para ahorrar dinero, será necesario que llevéis el dinero en metálico justo. No hay cambio y si el billete cuesta $2,30, y metéis $3, pues eso que se llevará el ayuntamiento.
¿MOVERSE EN COCHE?¿ESTAMOS LOCOS O QUÉ?
Pues no. No nos hemos vuelto locos. Para nada. Es totalmente viable si vuestro coche resulta un lastre durante vuestra estancia en San Francisco. Lo lógico, sería dejarlo aparcado en uno de los cientos de parkings y no volver a saber de ellos al cabo de cuatro días, eso sí a un coste total de unos $50, por día y por noche.
Pero ¿qué ocurre con la gente que duerme en la periferia y acceder a la ciudad, se convierte en algo caro y lento?
Mi situación fue que dormí en Oakland y el metro, aunque muy efectivo, no dejaba de costarme $7,50 ida y vuelta, por persona. Si sois más de dos, pues sale a cuenta ir a San Francisco en vehículo y pagar en un barrio como Little Italy, que aunque menos céntrico o glamoroso, es más económico dejar el vehículo doce horas por unos $15.
También es muy factible ir visitando la ciudad en coche si cogemos el truco a las plazas públicas en las que la mayoría son gratuitas durante las dos primeras horas. El resto, debemos utilizar los parquímetros si se trata de fin de semana. En la foto dejo un claro ejemplo de cómo utilizarlo y que nos servirá para aparcar en casi todo el país.
En esta señal, vemos que tenemos dos horas de aparcamiento gratuito de lunes a viernes de 9am a 8pm. El resto de la jornada es gratuito, pero no aconsejable por la noche, ya que son muchos cristales son rotos a conciencia por los delincuentes. Sólo debemos dejar libre la plaza de 8 a 10 de la mañana los martes. El fin de semana, hay que hacer uso de los famosos parquímetros.
¿DORMIR EN SAN FRANCISCO U OAKLAND?
Los hospedajes son tremendamente caros. Situados a la altura de Nueva York, su calidad deja mucho que desear. Es muy importante reservar con meses de antelación, aunque para que tengáis una referencia, una noche en una pensión cerca de Chinatown, puede irse la doble con baño compartido a $80.
Otra opción y muy utilizada por muchos viajeros, es conseguir habitación en la vecina Oakland. Mucha más barata, podemos conseguir un motel, con baño privado y enormes habitaciones por el mismo precio. La desventaja, evidentemente es que no está en San Francisco, aunque los precios de la última, están en los barrios más conflictivos. Los precios entre una y otra distan a menudo de $100 la noche, siendo calidades similares.
COMER EN SAN FRANCISCO
No olvidemos que estamos en otro país y que los horarios de las comidas son diferentes a los nuestros. La comida, conocido como el almuerzo americano (lunch), se sirve de 11.30 a 14.30. La cena de 18.30 a 21.30.
Comer en San Francisco es toda una aventura. Con tantas culturas, es evidente que la cocina internacional hace acto de presencia en cada esquina. Italianos, japoneses, chinos, franquicias de todas clases y unos excelentes restaurantes donde sirven marisco son suficientes opciones para romper el falso mito que en Estados Unidos se come mal.
Los lugares recomendados, son Fisherman´s Wharf, Chinatown y Little Italy.
MICROCLIMA EN SAN FRANCISCO
La mejor época para visitar San Francisco es el verano, desde mayo hasta septiembre, con escasas lluvias y algo de calor sin exceso la noches son refrescantes y clima muy cambiante. Temperaturas entre 10o y 21o.
En Invierno, sin embargo, es lluvioso, frío y las temperaturas van de los 5o a los 15o. Es una época húmeda y algo feota para planificar nuestro viaje.
El consejo, es que siempre llevéis ropa de abrigo. Incluso en verano hay que ponerse una prenda de manga larga.
PELIGROS Y ADVERTENCIAS / VAGABUNDOS EN SAN FRANCISCO
Chocante pero real. Una ciudad tan bonita plagada de vagabundos. Sí, no sólo ocurre aquí, sino que en las grandes ciudades llama la atención, como la gente vive en la calle sin más posesiones que las que llevan puestas.
Dicen que tres grandes centros psiquiátricos cerraron en San Francisco por falta de fondos públicos y que los abandonaron a su suerte. Puede que cuadre esta versión tan perversa, porque es un triste espectáculo verlos hablar solos, autolesionándose, durmiendo en cualquier esquina. A veces los ves sufriendo en silencio o en un llanto de pura locura.
Una ciudad que desde los años sesenta, abrió sus puertas al mundo, con su libertad de expresión pero con drogas duras, las cuales han pasado factura al cabo de unas cuantas décadas.
Personalmente, la primera impresión al pisar el centro urbano, me descolocó. Muchos viajeros acaban detestando la ciudad por este triste y negro asterisco que pide un poco de humanidad por parte del estado. Si creéis que exagero, esperad a pisar San Francisco.
A todos los que queráis venir, iréis tranquilos por la calle. Las noches, como en todos los lugares del mundo, son algo más peligrosas en ciertas zonas. Moverse por los barrios más turísticos no supone ningún problema.
CONCLUSIÓN
Todo un hito mundial. Toda una urbe que entra dentro de cualquier ruta por Estados Unidos. Vengas de donde vengas, serás bienvenido, porque a la ciudad de la libertad, no le falta de nada. La gente, maravillosa, los paisajes preciosos y la bahía repleta de vida, tanto en sus muelles como en el mar. No os extrañe encontraros gigantescas ballenas bajo en Golden Gate, mientras los más valientes practican deportes acuáticos.
Tan dispar a sus vecinas en ruta, Los Ángeles, Las Vegas y San Diego, que lo que caracteriza a este gran viaje, es que entre ellas sólo existe un único carácter personal, inconfundible y divertido.
Preparad las maletas, porque acabéis o empecéis vuestro viaje por el país, éste será un punto perfecto para tomarle el pulso a la cultura norteamericana. Porque sí viajeros, San Francisco lo tiene todo y lo tiene bien hecho.
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