La sonda Cassini y el nuevo mundo
Un día parecido al de hoy, el filósofo rumano Émile Cioran al leer en el periódico que se habían descubierto nuevas constelaciones de estrellas en el universo, decidió no afeitarse. No sé si Cioran quiso adoptar desde ese momento el look de naufrago al saber que los humanos vagamos por un espacio inconmensurable o si simplemente dejó crecer su barba para fluir con el orden supranatural al que todo ser o materia está sujeto.
Hoy nos hemos levantado con una noticia que prácticamente ha pasado inadvertida entre el torrente informativo del día a día centrado en la corrupción, los extremismos y las guerras fraguadas en los despachos de los think thanks más tenebrosos del planeta. Estoy hablando del futuro sepukku interestelar de la sonda Cassini, que fue lanzada en 1997 y que alcanzó su objetivo el 22 de abril al atravesar la zona que hay entre los anillos y el planeta de Saturno y que terminará en un suicidio ritual cuando se desintegre en riguroso nirvana al chocar con la atmósfera saturnina. Cuando el martes 24 de abril la sonda Cassini sobrevoló por última vez la gran luna Titán, la cámara reveló imágenes de mares, ríos y lagos de hidrocarburos líquidos (etano, metano y propano). Lugares donde se ha descartado cualquier forma de vida.
No soy un científico, pero no se me escapa que la supervivencia de la especie humana pasará por la colonización de nuevos planetas.
¿Hay vida en nuestro sistema solar?

Luna helada Enceladus
Las fotografías tomadas por la sonda no tienen ni un ápice de desperdicio; pagaría por ver la cara de Yuri Gagarin al ver la Luna helada Enceladus, que podría a ver sido imaginada por J.G. Ballard o diseñada para la Guerra de las galaxias. La realidad supera siempre la ficción. Enceladus es un objeto enigmático que alberga todos los ingredientes para la vida, por lo que los científicos están tan entusiasmados con el descubrimiento.
La luna Enceladus junto con a la luna Europa de Júpiter, son los lugares con más probabilidad de albergar vida microbiana en el sistema solar.
Como toda buena historia tiene un fin. Tras sumergirse veintidós veces en el espacio inexplorado entre Saturno y sus anillos, la nave Cassini de la NASA llega a su ‘gran final‘, a la última fase de la misión que dará datos fiables y concretos sobre la vida más allá de nuestro gran planeta azul.
Hoy haré como Cioran y no me afeitaré.