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Dependiendo de los días que vayamos a Budapest, tengamos claro que si no superan los cuatro, tendremos problemas para quedar saciados del todo.

La capital es mucho más grande de lo que uno pueda esperar, debiendo prestar mucha atención a los horarios de las visitas y poner mucho énfasis a la hora de caminar, coger transportes públicos e ir empalmando unos lugares y otros para poder exprimir al máximo las innumerables posibilidades que nos ofrece.

Pondré una lista que perfectamente se podría hacer en cuatro jornadas, pero lo haré con orden prioritario, dejando al final de ésta lo que pueda ser prescindible, aunque eso es muy subjetivo desde mi punto de vista o de cualquier viajero, ya que muchos prefieren callejear y otros prefieren deleitarse con museos de arte o  arqueología.

Budapest, como corazón de un país integrado completamente en la CE, viniendo de una terrible y reciente historia de represión, acabará por encandilar al viajero por su riqueza, tanto cultural como social.

Ánimo y busca un buen billete, un hotel medio y disfruta de los latidos de una Hungría que nunca pasa de moda.

Lo que sí voy a intentar es que el listado sea variado, teniendo un poco de todo, para que no quedemos anclados  sólo en visitas culturales o  de ocio nocturno.

Repito. Budapest es una ciudad magnífica pero no somos conscientes de las dimensiones que esta alberga y a menudo (como yo), nos dormimos un poco y dejamos en la recámara involuntariamente puntos de un interés de un valor histórico, ocioso o cultural inimaginable,

A tener muy en cuenta:

DISTRITO DEL CASTILLO
Si queremos ver la parte de Buda, para mí, la más impresionante, deberemos empezar cuando todo abre. A las 10.00 de la mañana será imprescindible hacer una excursión por la montaña de subida al Palacio Real, visitar su Galería Nacional, donde exponen miles de obras y que según ponen las guías: la mejor del país.

Seguimos nuestra visita y no podemos pasar por alto el Bastión de los Pescadores, donde podremos contemplar la ciudad desde una privilegiada construcción que competiría directamente con Desembarco del Rey en la famosa serie de Juego de Tronos.

Pegado al Bastión de los Pescadores, encontramos la Iglesia de Matyas. Una visita por su interior nos gustará mucho y  dará paso a un interesante museo. Merece la pena pagar la entrada.

Podemos abandonar la Zona del Castillo y encarar en Danubio para seguir con la segunda parte de la jornada.

El tiempo estimado en hacer todo este recorrido puede variar muchísimo. Yo necesité cinco horas con la extensa visita al Museo del Palacio incluida.

PARLAMENTO
Esta extensa zona de Budapest, no está marcada por un fronterizo río, sino que se funde con otros lugares de interés turístico, pero si cogemos un buen mapa, veremos que cerca de este impresionante edificio podemos ver muchas más cosas de las que podamos intuir.

Imprescindible visitar el imponente edificio del Parlamento. Es quizá el más fotogénico y funciona a modo de Taj Mahal europeo.  Sigue impresionando por muchas veces que lo mires. Las visitas son guiadas y debemos personarnos en recepción donde conseguiremos un horario en el idioma de deseemos. A menudo las cosas no salen y mis dos intentos fueron fallidos. Probad suerte y puede que tan solo por 1150 florines, os cuenten la historia que encierran sus hermosos muros.

Deberíamos sacar tiempo para una breve visita al edificio Ópera. De grandes dimensiones, una visita al hall principal debería ponernos la miel en los labios y concertar una ruta guiada de precio elevado y un horario bastante limitado. Si se tienen tres noches, no estaría nada mal pasar una en un espectáculo, matando dos pájaros de un tiro.

Gratuita y grande, se muestra la Basílica de San Esteban. Con un coste cero, el interior es digno de ser admirado.

Esta zona podemos hacerla perfectamente en una mañana o tarde.

EN TORNO A BERLVAROS
Puede que estemos hablando de la zona más divertida de Budapest. Contiene entretenimientos si acabamos colapsados de tanto museo y tanto edificio gubernamental. Centremos nuestro paseo en la famosa calle Váci Utca, famosa entre los turistas y no tan turistas. Con restaurantes de todos los gustos y precios, tiendas de recuerdos mezcladas con las más famosas franquicias, la diversión está asegurada.

Pero todo no van a ser tiendas en esta zona en pleno corazón de la capital. No deberíamos perdernos la visita al Mercado Central, situado al finalizar la archiconocida calle. Aunque de autenticidad cuestionable, nadie va a negar que este lugar tiene encanto, está limpio y podemos saciar las ansias por comprar cosas típicas del país húngaro.

Justo enfrente podemos encarar el puente verde, cruzarlo y deleitarnos con las vistas del Danubio. Recordemos que en esta zona se compran los pasajes para recorrer navegando el Danubio. Tanto de día como de noche, debe hacerse. Puede que resulte algo muy típico y con falta de carácter, pero hay que hacerlo para tener otra perspectiva de la ciudad.

Por si la zona no estuviera ya repleta de intereses no culturales pero sí de entretenimiento, a unos doscientos metros del mercado, encontraremos el Museo Nacional Húngaro. Según dicen es el más impresionante del país.

Si seguimos la ruta señalada, nuestra siguiente parada debería ser la Gran Sinagoga. Es la segunda más grande del planeta y si no fuera por su insultante precio y el mal trato recibido por los que la llevan, debería ser vista. Yo lo llego a saber y no entro, pero si no pruebas, no lo sabes.

Pero si no nos decidimos por cruzar navegando el Río Danubio por la noche, tranquilos, que tenemos la zona de Romkocsma.

Definir a este lugar es algo difícil, pero si lo que queremos es divertirnos, tomarnos unas cervezas y unos buenos bocadillos, podremos hacerlo en estos ruinosos edificios, reconvertidos (no reformados), en pubs. Es el último grito en Budapest y no deja indiferente a nadie. Recomiendo su visita.

Esta zona la podemos visitar en una jornada.

ZONA DEL OKTOGON A VÁROSLIGET
Casi de puntillas y en mi último día visité este lugar lleno de sorpresas y al que hay que dedicarle medio día a paso ligero.

No deberíamos pasar por alto la Plaza de los Héroes, bajando en la parada de metro Hosok Tere. A ambos lados, podemos ver dos museos. Ambos dedicados a las Bellas Artes.  Detrás encontraremos el parque de la ciudad, siendo el mayor espacio verde. Dentro de ese verde pulmón encontraremos balnearios, zoológico y circo. Pero deberíamos prestar atención al Castillo de Vajdahunyad. Muy fotogénico y a escasos metros del punto de partida.

Saliendo del parque debemos caminar durante cuatro kilómetros por Andrassy Ut. Es el bulevar más elegante de Buda. Al principio veremos  señoriales casas, para acabar convirtiéndose a medida que avanzamos en tiendas y restaurantes muy elegantes.

Si tenemos tiempo podemos visitar la estación del tren central. Todo un encanto. El fin del recorrido será el edificio de Ópera.

No pasemos por alto el Museo del Terror. Inaugurado en 2002, repasa la represión sufrida por el nazismo y posteriormente el comunismo. En las paredes exteriores podemos ver las fotografías de las víctimas, creando un ambiente siniestramente respetuoso.

El tiempo que tardaríamos en hacer este pequeño recorrido sería de una tarde. Ojo al museo del terror que cierra a las 18.00 horas.

ZONA DE GELLERT-HEGY Y ROZSADOMB
Estas zonas, menos conocidas por encontrarse algo más lejos del centro, ofrecen interesantes alternativas como La Isla Margarita, situada al norte , donde encontraremos agradables paseos con balneario incluido.

Como no podría ser de otra manera, en el sur, en la zona Gellert,  se encuentra el Hotel Gellert, el más conocido de Pest. Sus opulentos baños reciben las aguas termales de la montaña que recibe el mismo nombre y a la que podremos subir en una excursión dura pero gratificante. En la cima encontraremos la Ciudadela. Pero lo mejor, son las terrazas que van saliendo a medida de subimos, quedando Buda desnuda, con las mejores vistas de toda la ciudad.

Si queremos hacer todo lo que he puesto en el itinerario de Budapest, deberíamos tener con cuatro jornadas suficiente. Si por el contrario sólo tenemos tres días, basadlos en hacerlos en el orden que he escrito.

¿Quieres seguirme en mi viaje por Hungría?